SEVILLA

Un poco de Historia

Historia

Han pasado más de 30 años desde el nacimiento del Conservatorio Elemental de Música de Nervión, hoy día convertido en el centro de referencia de la provincia de Sevilla, denominado Conservatorio Profesional de Música “Francisco Guerrero”.

En los 80 tan sólo existía en Sevilla el Conservatorio Superior, masificado por la creciente demanda de una educación y formación musical de calidad. Por ello, en septiembre de 1988, la Consejería de Educación creó los cuatro primeros Conservatorios Elementales de Música de Sevilla: “La Palmera”, “Macarena”, “Triana” y “Nervión”.

En su primer año de existencia se concedió al Conservatorio las especialidades de “Piano” y “Violín”, con un claustro compuesto por 4 profesores, 150 alumnos, una ordenanza y una limpiadora. El centro utilizaba las dependencias de la nave 400 del antiguo matadero municipal, aprovechando las aulas del Colegio Público “Ortiz de Zúñiga” en horario de tarde y dos habitaciones de la primera planta que se habilitaron como despachos. Las mesas, sillas y estanterías fueron cedidas por un colegio que había dejado de funcionar. Con las 300.000 pesetas de presupuesto del primer año hubo que hacer malabarismos para cubrir todos los gastos de electricidad, materiales, limpieza, agua…

Las iniciales previsiones de 150 alumnos fueron inmediatamente superadas por la realidad, ya que muy pronto se superaron las 300 matriculaciones. En cada curso se aumentaba el número de especialidades: “Guitarra”, “Clarinete”, “Percusión”, “Saxofón” y “Violonchelo”. Así fue consolidándose un joven y entusiasta claustro formado por 28 Profesores y Profesoras. Obviamente, la nave 400 fue insuficiente y se ocuparon los edificios 200 y 300. El Salón de Actos era un lugar gélido, que obligaba a abrigarse bien en su interior, y con unas pésimas condiciones acústicas. Aún así, era tal la ilusión de la comunidad educativa, que siempre se completaba su aforo.

Así se crearon la orquesta y el coro del conservatorio, gracias a la colaboración y al trabajo extra de varios profesores. Otra actividad a destacar de estos años fue el Concurso de Guitarra a nivel autonómico, denominado “América Martínez”, en honor a esta Catedrática de Guitarra y Concertista, quien además fue Presidenta del Tribunal.

Tras cuatro cursos, ya en el año de la Exposición Universal del 92, se superaban los 800 alumnos en nuestro centro, y un claustro de profesores que se afanaba en impartir una enseñanza musical de calidad y ofrecer técnicas de estudio a los alumnos que facilitaran su aprendizaje. En estos primeros años 90 se creó la Asociación de Padres y Madres, que adoptó el nombre de “Hilarión Eslava”, como homenaje al gran músico que ejerció de Maestro de Capilla en la Catedral de Sevilla. Igualmente nació la Asociación de Alumnos y Alumnas a la que denominaron “Anacrusa”. La vida académica de este centro transcurría a través de las clases colectivas, con una ratio de 30 a 40 alumnos por clase, y de las individuales de “Instrumento”, de una duración de 20 minutos a la semana por alumno. 

En 1993, Doña Carmen Linde, Profesora Titular de Solfeo designada por la Consejería de Educación para “Colonizar” este Conservatorio en Nervión, cedió el testigo a Don José Antonio Coso, quien continuó la ardua tarea de consolidar el Conservatorio Elemental de Nervión y convertirlo en Conservatorio Profesional de Música. En el año 1994 se propusieron denominaciones para el Conservatorio y, tras debates sobre “Cristóbal de Morales” o “Francisco Guerrero”, se aprobó y concedió por parte de la Consejería de Educación la denominación específica de “Conservatorio Elemental de Música “Francisco Guerrero”.

En 1996 se incluyó la especialidad de “Viola”, y dos años más tarde “Oboe” y “Trompa”. Este año 1998 fue muy relevante en nuestra historia al iniciarse la implantación de Enseñanzas de Grado Medio, tal y como denominaba la derogada L.O.G.S.E. a las actuales Enseñanzas Profesionales de Música. En 1999 se incorporaron nuevas especialidades a nuestro centro, tales como “Fagot” y “Contrabajo”, siguiéndoles “Trompeta” en 2001 y “Trombón”, última especialidad incorporada al centro en el año 2005 hasta el año 2018, cuando por fin se ha incorporado la especialidad de Tuba, que completa la orquesta sinfónica.

No podemos olvidar el prestigioso premio que se otorgó a nuestro centro en el año 2002: Primer Premio Nacional a las Mejores Prácticas Educativas en la modalidad de Enseñanza Secundaria. Nuestro conservatorio fue el primero en obtener este galardón gracias a la lucha e incesante trabajo del claustro de profesores y personal del centro, con el Equipo Directivo a la cabeza. No fue éste el único galardón que recibió nuestro centro en estos años atrás, siguiéndole en 2003 el Tercer Mejor Plan de Autoevaluación de la Junta de Andalucía; el ingreso en el Instituto Andaluz de Excelencia en la Gestión; y los numerosos premios académicos de nuestros alumnos en los concursos autonómicos y locales de Triana, Valverde del Camino, Nerva y La Línea de la Concepción, entre otros.

En los primeros años de este siglo XX se acometió un gran avance en las infraestructuras y edificios que este centro necesitaba y demandaba. Tras una importante obra de remodelación de varias naves adquiridas para el centro, se realizó una adecuación de las instalaciones (tanto de acondicionamiento acústico como de dimensiones de las aulas, de menor tamaño que las requeridas para un colegio). Así, en 2005 se logra la segregación con el Colegio Público “Ortiz de Zúñiga”, cuyas instalaciones eran compartidas hasta el momento.

Tras la segregación, Don José Antonio Peñalosa fue el encargado en 2005 de continuar el rumbo de este conservatorio, asumiendo el cargo de Director. Aunque su experiencia como director en el Conservatorio de Osuna y en el de “La Palmera” le avalaban como persona de capacidad y entusiasmo para la tarea, en este año tomaba las riendas de un gigante de 79 profesores y casi mil alumnos. La etapa más reciente de nuestra historia se centró en la Promoción Nacional e Internacional de nuestros alumnos en las orquestas españolas, en giras y conciertos, en la exportación de nuestras innovaciones y en el acercamiento a las nuevas tecnologías, con una mayor difusión de nuestra página web: www.conservatoriofranciscoguerrero.es y la plataforma de gestión y comunicación www.miconservatorio.es.

Durante todos estos años, son muchos los antiguos alumnos, los que van tomando el relevo y formando parte del claustro actual. Ahora continúa el compromiso, con una plantilla de 115 profesores que imparten docencia a casi 1100 alumnos de 16 especialidades diferentes, 2 administrativas, 4 limpiadoras y 3 ordenanzas. 

Tras más de 30 años desde la creación de nuestro Conservatorio Profesional de Música “Francisco Guerrero” de Sevilla, la Historia continúa…

Edificio

A finales del siglo XIX, toda la zona era conocida como “El Juncal”, y formaba parte de un gran cortijo conocido como “Cortijo de Maestrescuela”, propiedad del Marqués de Nervión. La población crecía en Sevilla debido a las migraciones de los pueblos a la ciudad. Así, el Marqués de Nervión donó sus terrenos para su extensión de la ciudad, por lo que nuestro barrio se conoció como “Nervión”.

 


Una calle principal del barrio le recuerda. Por aquellos años de finales del siglo XIX, el alcalde de Sevilla encargó al arquitecto Aníbal González la urbanización de estos terrenos, con una superficie de tres millones de metros cuadrados, organizados en 86 manzanas que se distribuían en pequeñas parcelas para alojar 6000 casas. Aníbal González planificó un diseño radial octogonal desde el centro del barrio, en el que se construiría una “Gran Plaza”. El barrio se extendería hasta la Avenida de la Cruz del Campo por un lado y hasta la Avenida Ramón y Cajal por el otro. Por ello, el edificio destinado a Matadero y Mercado de reses vivas se proyectó en la esquina más alejada del barrio, retirado del centro de la ciudad.

El edificio destinado a Matadero Municipal se comenzó a construir en 1910 y, aunque estaba planificado para dos años… bien sabemos que toda obra se retrasa, finalizando en junio de 1915. No obstante, la Primera Guerra Mundial impidió la importación de la maquinaria especializada necesaria, por lo que no comenzó su actividad hasta 1923.

José Sáez fue el arquitecto municipal que diseñó nuestro edificio, aunque bien siguió el diseño de Aníbal González, organizando el recinto con planta radial alrededor del centro: el “Pabellón de Contrata”. Alrededor de este Pabellón Central se distribuyeron cinco naves de características muy similares, salvo la central, destinada al “Ganado de Cerda” (más compleja, de mayor superficie y con forma de cruz. Una gran cúpula en el centro alberga actualmente el Salón de Actos).

El estilo neomudéjar, típico de la arquitectura regionalista sevillana, contiene gran expresividad, gracias a los materiales de construcción utilizados: azulejos, vidrios, cerámicas, relieves, ladrillos de color y cerrajería. Está inspirado en formas árabes. La construcción tuvo un coste total de 2.538.503 de pesetas. Una cifra muy alta hablando de 1915.

Aunque a lo largo de los años se llevaron a cabo obras de reforma y conservación, fue en 1980 cuando se inició una adaptación del edificio para albergar otros usos distintos al primitivo. El proyecto de restauración no supuso un cambio del inmueble al exterior, ya que se mantuvo la estructura funcional y espacial originaria. Sin embargo, en las naves se introdujeron unas entreplantas, se restauraron los pavimentos, los jardines y el cerramiento que lo rodeaba.

El edificio posee un grado de protección a nivel global, por lo que actualmente sólo se permiten obras de redistribución, quedando prohibido cualquier tipo de demolición parcial o total. Además de nuestro Conservatorio de Música, en el recinto también se ubican el Colegio “Ortiz de Zúñiga” y el Centro de Adultos “San Juan de la Cruz”.

Francisco Guerrero

En el siglo XVI las catedrales hacían las veces de los actuales conservatorios o salas de música. La de Sevilla fue, junto a la de Santiago y Toledo, uno de los centros musicales más importantes del Renacimiento adonde acudían los grandes cantores y compositores del momento.


Entre ellos se encontraba Francisco Guerrero ( 1528-1599 ), el compositor favorito de las catedrales españolas e hispanoamericanas. Guerrero fue uno de los más notables músicos del siglo XVI junto a Cristóbal Morales y Tomás Luis de Victoria. Admirado por sus contemporáneos dentro y fuera de España, las obras de Guerrero continuaron interpretándose durante más de dos siglos después de su muerte y fueron copiadas en las catedrales hispanoamericanas mucho más que las de Morales o Victoria. Esto perduró incluso después del año 1700.

En 1650 se cantaba aún en Hispanoamérica su misa de difuntos y su Liber Vespertarum era de uso ordinario en el canto del oficio solemne. Algunos manuscritos con la transcripción de su obra sólo se conservan allí. Sin embargo es ahora cuando está publicándose su música completa. José María Llorens, ex director del Instituto Español de Musicología, emprendió la reedición de la música de Guerrero de la que ya han aparecido diez volúmenes, el último en 1999, De magnificats. Sus obras no son suficientemente conocidas actualmente, quedan por lo menos otros cinco volúmenes. Las misas sí están todas, pero faltan motetes y el libro de vísperas.

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